Mientras aumentan las expectativas de la calidad educativa de kínder a grados universitarios, se van reduciendo los presupuestos casi con la misma rapidez a raíz de la crisis económica. En ambas situaciones, la tecnología ha venido a crear soluciones. Por un lado, es posible hacer una inversión en tecnología que permita a los profesores ampliar sus ofrecimientos y optimizar la experiencia educativa con herramientas que le ahorren tiempo – aquí es donde entra lo que se conoce como ‘blended learning’ o aprendizaje combinado, en el que el educador mezcla las interacciones personales con contenido (materiales en PDF, videos, podcasts) disponible en línea. Por otro, esas mismas herramientas tienen la posibilidad de mantener al estudiante motivado para potenciar su aprendizaje con un alto retorno por la inversión.
Se estima que para el 2018 se estén invirtiendo aproximadamente $19,000 millones en tecnología para el salón de clases a nivel mundial, cantidad que incluye el costo de desarrollo de cursos en línea, websites, aplicaciones, acceso a internet en los planteles escolares, entre otros. De acuerdo a la revista Information Week, todo esto viene a enriquecer la experiencia educativa tradicional con tendencias como las siguientes:
- Flipped learning: En el aprendizaje invertido, el estudiante accede a una videoconferencia desde su casa en la que aprende del tema a discutir, y en el salón de clase realiza los ejercicios e intercambia impresiones sobre la videoconferencia. Esto permite que el aprendizaje en grupo sea más productivo, según un estudio del Center for Digital Education and Sonic Foundry. Según la preferencia por este método siga en aumento, se hará más necesario que la transmisión de video sea de mejor calidad y que se pueda aumentar la interactividad. En ese caso las soluciones en la nube (cloud) cobran más relevancia, pues permiten mayor interactividad, así como el almacenaje de datos que permite la medición y el análisis del progreso del estudiante.
- El desarrollo de aplicaciones para todo tipo de equipo y una mayor cantidad de aplicaciones móviles: Muchas de las aplicaciones disponibles en la actualidad son para descargar en un equipo específico. La invitación a los desarrolladores de aplicaciones educativas es a crear herramientas que puedan utilizarse en cualquier sistema operativo y aparato electrónico. Por otro lado, los estudiantes de hoy día interesan – y necesitan – acceso desde sus teléfonos a sus contenidos y tareas. De hecho, la penetración de los equipos celulares en los mercados jóvenes ha llevado a que la experiencia en el salón de clases integre cada vez más el uso de celulares.
- El valor educativo de los medios sociales y la Web 2.0: redes como Edmodo, Moodle, Weebly, Turnitin, Piazza y hasta Google Sites entre otros, son herramientas muy populares a todos los niveles educativos, a través de las cuales los profesores se comunican con sus estudiantes, asignan trabajos, intercambian notas, entre otros. Cada vez más, estas redes y portales son la principal manera de comunicación entre maestros y estudiantes y les permiten a estos interactuar mejor.
Los presupuestos educativos se transforman
Esta evolución ha requerido que las universidades y centros educativos reevalúen sus prioridades presupuestarias. Las tecnologías mencionadas requieren un ancho de banda robusto, redes confiables, así como almacenamiento y resguardo tanto para análisis de datos como para continuidad de la operación. La ventaja es que estas infraestructuras han ido progresando significativamente en otras industrias y su aplicación al mundo de la educación puede ser relativamente fácil y conservadora en términos de costo.
Si bien hay unos costos iniciales que considerar (especialmente en centros universitarios con infraestructuras viejas), la tendencia eventualmente implicará más que nada redirigir recursos de manera estratégica a aquello que impacta más el progreso del estudiante.
Estrategias de inversión en tecnología
Los centros educativos tienen a su disposición estrategias para implementar proyectos tecnológicos sin presupuestos de gran escala. Por ejemplo:
-Siempre evaluar la tecnología a la luz de las funciones educativas. Como siempre, la tecnología por sí sola no es la solución, y puede consumir grandes presupuestos si no está alineada a los objetivos de la organización.
-Empiece con proyectos pilotos que puedan ampliarse progresivamente y adaptarse según lo que encuentre en el camino.
-Desarrolle alianzas con su proveedor de equipo o de programación. Muchos proveedores ofrecen paquetes de innovación o para organizaciones educativas.
-Realice una evaluación de la infraestructura de su institución antes de iniciar cualquier inversión. Esto le permitirá conocer sus retos de antemano, programar adquisiciones o reparaciones de manera estratégica. En este proceso, determine si su proveedor está listo para crecer con usted en este proceso, o busque opciones adecuadas a sus metas de largo plazo.
Los próximos 10 años serán críticos para la industria tecnológica y para la educación, pues seguirán surgiendo nuevas tecnologías que impactan el modo en que los estudiantes aprenden y los educadores enseñan. La tecnología seguirá generando oportunidades para optimizar presupuestos y alcance – y mantener al estudiante motivado.
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